En Brasil, por ejemplo, los graduados con maestría o doctorado ganan también más de cuatro veces que quienes finalizaron los niveles básicos. Aquellos con título bachiller, sin posgrado, perciben en promedio 2,4 veces más en Chile, dos veces más en México, 2,3 veces en Colombia y un poco más de dos veces en Brasil.

Para los analistas esto indica dos cosas: por un lado, que quienes poseen conocimientos específicos son valorados por el mercado y cobrarán más dinero a fin de mes, pero también, que el sistema tiende a favorecer a quienes pueden acceder a los estudios, por condiciones económicas estables previas.

En el caso de Chile eso se hace muy notorio y en el caso de Brasil, por ejemplo, la inversión estatal es más fuerte en el ciclo universitario que en los primarios y secundarios, por lo que se termina provocando un desequilibrio de oportunidades.

Comparando lo que ganan los adultos que alcanzaron el nivel secundario con el postítulo, los resultados comunicados son los siguientes:

• 4,4 veces más en Chile
• 4,3 veces más en Brasil
• 3 veces más en México

Los cambios también se evidencian con respecto al género En Brasil, las universitarias que han culminado sus estudios ganan en promedio sólo el 64% de sus pares hombres que llegaron al mismo nivel de formación.

La situación se replica en Chile, con el 63 %, en México, con el 68 % y Colombia, con el 75 %. Costa Rica constituye la excepción, al superar el 90%. Si leemos por fuera de América, trasladándonos al caso asiático, la diferencia es conceptual. En Asia la educación se ve como un motor para lograr un mejor estatus, en cambio en nuestro continente, a pesar de los avances, se la percibe como un privilegio de unos pocos, sobre todo en los niveles posgrado, master y universidad.